Este documento videográfico es la primera parte de la entrevista con John Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye», realizada el 25 de Septiembre de 2015. Su testimonio fue libre y espontáneo sin seguir un guión y sin edición o corte alguno, solamente se editó el color.
Para dar su testimonio se le planteó hacerlo a partir de sus vivencias en aquel momento y de la información que pudiera tener acerca del hecho criminal. Se le pidió que nos situara dentro del contexto de la época y a partir de ahí fue grabarlo hablando. Las declaraciones están tal cual se grabaron en su día.
Esta es la Primera parte.
A día de hoy, 23 de junio de 2021 se conmemoran 31 años de impunidad y silencio.
Durante la investigación para esta pieza audiovisual y la grabación de este documental encontramos varias versiones. Como el hecho criminal nunca se investigó, decidimos darle cabida y voz a todas y cada una de ellas para dar una información clara y contundente de cada hipótesis. Así no dejaríamos a nadie sin declarar, pero curiosamente quienes no han dado la cara jamás han sido las autoridades de la época. Inclusive la Fiscalía responde sin el más mínimo asomo de vergüenza un derecho de petición dos años después. Las autoridades hacen mutis por el foro, se esconden y se irritan, por eso publicamos este testimonio completo a ver si aparecen por lo menos para defenderse. No creo que lo hagan. Pero si deciden hacerlo aquí tienen su espacio, pues todos los testimonios son igualmente válidos. Que bueno que lo hicieran porque lo que se está buscando es la verdad. Ojalá tuvieran el valor civil de hacerlo.
Lo que más nos llama poderosamente la atención son los testimonios de los sobrevivientes y sus familiares, pues esa siempre ha sido nuestra premisa, homenajear a los caídos y buscar la verdad. Por eso hasta el sol de hoy no se había publicado el testimonio de Popeye.
Esta masacre se ha convertido en un símbolo de la impunidad de la Narcoguerra en Medellín..
Nadie quiso dar la cara y si Popeye en su momento de buena fe accedió a darnos su testimonio sin pedir nada a cambio había que aprovecharlo y desde luego que fue bienvenido. Pues se sindicó al Cartel de Medellín del hecho criminal sin realizar investigación alguna.
Aquí no hay cabida por el odio sólo para reivindicar la memoria de los caídos y saber la verdad de lo sucedido.
Por eso todas las voces merecen ser tenidas en cuenta por igual. Si a algún mando policial o militar de la época le gustase ser escuchado, gustosamente le daríamos su oportunidad. Desde aquí les extendemos la invitación. Pero no se aceptaran citaciones en lugares clandestinos donde podamos ser vulnerables, pues ya lo intentaron en 2016 y no les funcionó. Exigimos y entregamos lo mismo que ofrecemos. Honestidad, respeto y seriedad. Sin rencores y sin emboscadas como la que pretendían perpetrar contra este servidor citándome en un sitio en Envigado donde estaba expuesto y sin defensa sin ni siquiera conocer la identidad del alias que llamaba por teléfono haciéndose pasar por un Fiscal.
Este ha sido un trabajo quijotesco plagado de obstáculos y momentos difíciles, en extrañas circunstancias perdimos varias copias de seguridad que se encontraban en diferentes discos duros y portátiles. En una semana fallaron los dos portátiles y los dos discos duros perdiendo más de un Tera de información.
¿Sabotaje? Creo que nunca lo podremos saber, pero como director y víctima de la masacre he sido revictimizado varias veces y no he sido incluido en el Registro Único de Víctimas RUV, porque a algún genio en Bogotá le dio por hacer lo que quiso con el envío de mi información a la Unidad de Víctimas a través de valija diplomática desde Europa y mintió con su fecha de entrada que posteriormente fue verificada por la canciller de la época, quien ante nuestra denuncia nos envío foto con el sello de entrada en una fecha distinta a lo alegado por el funcionario. No se respetaron los protocolos ni los tiempos estimados para responder, todo lo relacionado con esta masacre está envuelto en miedo y silencio. La trama es bien turbulenta.
Seguiremos contándoles y rehaciendo todo el material perdido de nuevo.
¡Cordial saludo!
Jinete de la Apoteosis 